El herpes genital es una de las enfermedades de transmisión sexual con mayor distribución en la población mundial y representa la primera causa de ulceración genital.
El herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual frecuente entre las mujeres. Es causada por el virus del herpes simplex HSV-1 (10 %) y HSV-2 (20 %).
Es más frecuente la enfermedad del herpes genital en las mujeres que entre los hombres, por lo tanto, es mucho más probable la transmisión hombre a mujer que de mujer a hombre.
Contagio del Herpes genital
El herpes genital se contrae a través de las relaciones sexuales. Se trata de un virus muy contagioso que aparece en la vagina, cuello del útero y ano en la mujer, y en el pene o sus alrededores y ano en el caso del hombre.
La razón principal de que los herpes genitales se encuentren en estas zonas es por su naturaleza húmeda, lo cual facilita la infección.
Se trata de una ETS muy contagiosa, porque muchas veces se contagia con una persona que no presenta síntomas externos. De hecho, el 70% de las transmisiones del herpes genital ocurren en la fase asintomática, ya que durante las crisis el paciente suele evitar tener relaciones sexuales. Las personas VIH positivas que también tengan herpes genital son el grupo que más presentan transmisión durante la fase asintomática.
Para prevenir cualquier Enfermedad de Transmisión Sexual -así como embarazos no deseados-, la medida más eficaz es la utilización del preservativo. Y desde el comienzo de la relación sexual.
Síntomas del Herpes genital
Es importante comenzar señalando que muchas personas infectadas por el herpes genital no presentan síntomas externos. Alrededor del 80 % de las personas con herpes genital no desarrollan síntomas, lo cual hace mucho más fácil que contagien a otras personas.
La primera infección se desarrolla, por lo general, entre los 3 y los 7 días posteriores al contacto sexual en el que se ha contagiado la infección. Los síntomas de los herpes genitales empiezan a sentirse a la semana de haber tenido el contacto sexual causante de la infección.
La mujer siente picor y escozor en los labios y entrada de la vagina.
El hombre siente un fuerte escozor en el pene o en el ano.
A veces, a estos síntomas localizados se les unen otros síntomas similares a los de la gripe, tales como fiebre, dolor de cabeza y dolor de espalda. La persona nota ardor, dolor o picazón en un área determinada de los genitales, y después aparece un grupo de ampollas sobre un fondo rojizo. El picor te lleva a rascarte. Pronto se enrojece la zona y empiezan a aparecer las primeras llagas, las cuales dan paso a rojas úlceras. Entonces, la persona puede tener dolor agudo, fiebre, y sentirse enferm@. Con el tiempo, la infección cesa, pero, desafortunadamente, puede reaparecer repetidamente, sin que se sepa la razón. Algun@s la sufren todos los meses. En el caso de mujeres embarazadas, el diagnóstico es extremadamente importante ya que el bebé puede nacer con la infección.
El picor te lleva a rascarte. Pronto se enrojece la zona y empiezan a aparecer las primeras llagas, las cuales dan paso a rojas úlceras. Además del picor-escozor, la principal señal del herpes genital son pequeñas burbujas agrupadas en los órganos genitales. Al poco tiempo, las burbujas se rompen, formando úlceras.
Además de la lesión típica del herpes, la infección primaria suele estar acompañada de otros síntomas, como fiebre, malestar y dolores de cuerpo. Y si las úlceras están cerca de la salida de la uretra, puede haber intenso dolor al orinar.
En los hombres, las heridas del herpes genital generalmente aparecen en el pene o cerca de éste. En las mujeres, las lesiones pueden ser visibles fuera de la vagina, pero generalmente dichas lesiones ocurren en el interior, quedando escondidas. En los casos de lesiones internas, la única señal de enfermedad puede ser la incomodidad durante el acto sexual. Las lesiones del herpes genital también pueden surgir en cualquier punto del perineo y en torno del ano de aquellas personas que practican sexo anal.
El virus del herpes simple se puede propagar también a otras partes del cuerpo, incluyendo el cerebro, los ojos, el esófago, el hígado, la médula espinal o los pulmones. Estas complicaciones se desarrollan con frecuencia en personas que tienen un sistema inmunitario debilitado, debido a VIH o ciertos medicamentos.
Diagnóstico del herpes genital
Las lesiones del herpes genital son típicas y durante las crisis son fácilmente reconocidas por ginecólogas con experiencia. Si hubiese necesidad de confirmación por medio de laboratorio, o si la lesión no es muy típica, podemos recolectar muestras de las úlceras para identificar el virus. En las fases asintomáticas es posible investigar la infección por herpes a través de las serologías, que pueden identificar tanto el virus herpes simplex tipo 1 como el tipo 2. Las serologías también son importantes para el rastreo de compañer@s de personas infectadas.
Tratamiento
Aunque no existe cura para el herpes genital, la infección puede ser controlada con terapia antiviral. El tratamiento con antivirales sirve para acelerar la cura de las lesiones, aliviar los síntomas, impedir complicaciones y reducir el riesgo de transmisión para otros. Tres medicamentos antivirales son utilizados para el tratamiento del herpes genital.
El primer episodio de herpes genital es generalmente tratado por 7-10 días por vía oral. Si no hubiese mejoría de las úlceras, el tratamiento puede ser extendido por una semana más. El tratamiento funciona mejor si es iniciado en las primeras 72 horas de síntomas.
En las recurrencias, el tratamiento puede realizarse por apenas 5 días. A las personas con historial de herpes genital recurrente se les aconseja, frecuentemente, que mantengan una reserva de medicamentos antivirales en casa, de tal manera que puedan iniciar el tratamiento apenas surjan las primeras señales de una recurrencia. En las personas que presentan más de 6 brotes por año se puede indicar la terapia de supresión, que consiste en el uso diario y continuo antiviral en dosis bajas para evitar las recurrencias. La ventaja de la terapia de supresión es que reduce la frecuencia y la duración de las recaídas, pudiendo también reducir el riesgo de transmisión del virus del herpes a un compañe@ no infectad@. De este modo, las recurrencias se evitan en un 70-80 %. Se reduce tanto el número de recurrencias como el riesgo de transmisión del herpes genital a parejas sexuales.
Cuidados personales
Además de los medicamentos antivirales, algunos tratamientos caseros pueden ser usados para aliviar los síntomas de un brote de herpes genital. El baño de asiento con agua fría puede disminuir temporalmente el dolor de las heridas. Las mujeres que tengan dolor al orinar pueden sentir menos incomodidad orinando durante el baño de asiento o en una ducha con agua tibia. Los jabones y baños de espuma deben evitarse. También es importante mantener el área genital limpia y seca, y evitar ropa interior apretada. Las cremas y pomadas, por lo general, no son recomendadas. Si el dolor está causando mucha incomodidad, se pueden usar analgésicos y anti-inflamatorios.
Si crees que puedes tener una enfermedad de transmisión sexual o un Herpes genital, puedes ponerte en contacto con nosotros o acercarte a la Clínica Askabide, para pedir cita y ayudarte lo antes posible. Llevamos más de 30 años ayudando a nuestros pacientes.