El pene del varón no está permanentemente erecto. Únicamente cuando es preciso. Del mismo modo, la vagina de la mujer tampoco está permanentemente lubricada. Únicamente se lubrica cuando quiere prepararse para el coito. Porque sin erección y sin lubricación no es posible el coito. Para ello las mujeres tenemos en la entrada vaginal unas glándulas conocidas con el nombre de glándulas de Bartolino, que lubrican entrada de la vagina durante el juego sexual, preparándola adecuadamente para el coito. La denominación de glándulas de Bartolino se debe al anatomista danés Caspar Bartholin (1655-1738).
Las glándulas de Bartolino son 2 y están situadas a ambos lados de la vagina, exactamente entre los labios menores y el comienzo de la pared de la vagina. Si la vulva fuera un reloj, las glándulas de Bartolino estarían localizadas aproximadamente en el mismo lugar que las horas 4 y 8 del reloj.
Pero en ocasiones puede producirse una inflamación de dichas glándulas, es decir, una bartolinitis. Por tanto, la bartolinitis es la inflamación de una o ambas glándulas de Bartolino.
Afecta sobre todo a mujeres entre los 20 y los 30 años de edad, y se caracteriza por la inflamación y enrojecimiento de la zona afectada.
Causas
La bartolinitis se produce por la obstrucción de la salida de una -o ambas- glándulas de Bartolino como consecuencia de una infección bacteriana en la entrada de la vagina. Las bacterias ingresan al vestíbulo vulvar, pasan a los conductos produciendo la inflamación. La infección puede propagarse desde los conductos y llegar a la glándula. Como consecuencia de ello, la entrada se inflama, pega e impide que las glándulas se vacíen. Por lo tanto, la secreción se almacena ahí, con lo que se convierte en caldo de cultivo ideal para los patógenos. El tejido puede supurar y desarrollar un absceso (absceso de Bartolino).
Al obstruirse el pequeño orificio por donde sale el líquido secretado por la glándula, ese líquido sigue siendo producido pero al no tener salida se va acumulando y se produce un aumento del tamaño de la glándula, lo que se conoce como quiste de Bartolino. Comienza pues a formarse un bulto redondo, en el borde de la vagina. El quiste puede tener un tamaño variable. Puede tener el tamaño de una lenteja, pero puede ir creciendo hasta alcanzar el tamaño de una naranja, aunque lo más frecuente es que alcance el tamaño de una nuez.
En algunos casos el tejido puede supurar y formarse un absceso, el que puede requerir de una intervención quirúrgica.
En cuanto a las causas, hay diversas hipótesis:
- Las bacterias que con frecuencia producen la infección usualmente se encuentran en la piel, la infección por la bacteria Escherichia coli es común, pero también puede ser causada por estafilococos y estreptococos.
- Las enfermedades de transmisión sexual, especialmente Gonorrea y Clamidia.
- La ropa demasiado ajustada.
- La ropa íntima de lycra puede favorecer el desarrollo de bacterias.
- Predisposición del organismo.
- Estrés.
No obstante, no parece haber una evidencia definitiva de una única causa específica ni método de prevención, y much@s investigadores consideran que la bartolinitis es mera cuestión de predisposición del organismo.
Infección, ¿sí o no?
En la mayoría de ocasiones, los quistes de la glándula de Bartolino no están infectados. Simplemente se trata de una obstrucción del conducto. Sin embargo, en algunos casos, pueden estar producidos por una infección o pueden infectarse secundariamente. En estos casos se habla de absceso de Bartolino, y suelen estar producidos por la infección por parte de las bacterias que normalmente se encuentran en la piel. Sin embargo, en algunos casos, las bacterias productoras de la infección son las de las enfermedades de transmisión sexual, especialmente la gonorrea.
Síntomas
- Dolor sobre todo al caminar y al sentarse.
- Inflamación y enrojecimiento en el labio afectado.
- Dolor lacerante durante las relaciones sexuales.
- Cuando hay infección, el bulto se llena de un líquido purulento de olor muy desagradable.
- En algunas ocasiones (pocas), fiebre.
Diagnóstico
Es imprescindible la consulta con la ginecóloga y la exploración de la zona para confirmar o no la presencia de un quiste y de la existencia de infección.
Un examen pélvico puede revelar una glándula de Bartolino agrandada y sensible al tacto. Se debe realizar un cultivo del exudado para determinar la causa. Entre otras cosas para descartar -o confirmar- si la gonorrea es la causa. Se recoge una muestra del líquido drenado para un análisis de laboratorio. En mujeres de edad avanzada puede recomendarse una biopsia para descartar un tumor de glándula de Bartolino subyacente.
Tratamiento
El tratamiento de la bartolinitis va a depender de varios factores: el tamaño del quiste, si es doloroso o no, si está infectado o no, la edad de la paciente…
En etapas tempranas, en algunos casos basta con el control periódico del tamaño del quiste para comprobar si crece o no con el tiempo. Los baños de asiento tibios en el bidé con desinfectantes -4 veces al día- pueden ser medidas efectivas para reducir la inflamación. Esta práctica puede ser de ayuda para localizar la infección, abrir el absceso y precipitar su drenaje espontáneo. No obstante, no siempre se resuelve el problema de esta manera, debido a que el orificio es casi siempre muy pequeño y se cierra rápidamente antes de completarse el drenaje.
Cuando la inflamación está más avanzada, puede ser necesaria la indicación de antibióticos que pueden incluir la ampicilina.
Cuando hay dolores agudos, los analgésicos pueden ser de ayuda.
En caso de absceso, puede probarse el drenaje espontáneo con la colocación de compresas calientes en la zona y baños de asiento (el alivio del dolor es inmediato luego del drenaje). Pero si aún así el absceso no drena, puede ser necesaria la apertura con cirugía.
Una pequeña incisión quirúrgica que produce el drenaje completo del absceso proporciona el mayor alivio y la recuperación más rápida. Este procedimiento puede practicarse bajo anestesia local en la Clínica. La colocación de una mecha de gasa o de un pequeño catéter de caucho permite el drenaje del absceso mientras éste cicatriza. No obstante, no siempre se resuelve el problema de esta manera definitivamente, debido a que el orificio es casi siempre muy pequeño y se cierra rápidamente antes de completarse el drenaje.
Por eso, la ginecóloga puede realizar la introducción de un pequeño catéter, denominado de Word, en el interior del quiste y en la propia consulta, que se deja allí durante unas 2 a 4 semanas para que se drene el líquido y se mantenga abierta la glándula. Con este catéter se puede desarrollar una actividad normal, aunque las relaciones sexuales pueden ser molestas mientras el catéter está colocado.
El procedimiento de marsupialización se puede considerar en mujeres con abscesos recurrentes. En este procedimiento, se crea de manera quirúrgica una abertura pequeña, permanente, para facilitar el drenaje de la glándula. Se colocan unos puntos en el borde del quiste para que se forme una pequeña abertura. Este procedimiento permite el drenaje del líquido durante unas pocas semanas y lo único que hay que hacer es llevar una pequeña compresa en la ropa interior para que absorba esta secreción.
En otros casos puede ser necesario el empleo de la cirugía o el láser para extirpar toda la glándula. Suele reservarse para casos de recurrencia del absceso. Normalmente ambas técnicas pueden realizarse de forma ambulatoria, sin necesidad de ingreso hospitalario.
Si la causa de la bartolinitis ha sido una gonorrea, el tratamiento también deberá llevarlo a cabo la pareja del paciente ya que en este caso se trata de una enfermedad de transmisión sexual.
En mujeres de más edad se recomienda una biopsia para descartar un tumor canceroso.
Evolución y pronóstico
Con el tratamiento adecuado la bartolinitis se cura sin traer mayores inconvenientes para el normal desenvolvimiento en la vida sexual e la mujer. El pronóstico es generalmente favorable, con excepción de los casos en que hay gonorrea, en que la complicación puede ser la esterilidad o problemas de fertilidad como resultado de la inflamación crónica.
La mujer podrá retomar sus relaciones sexuales inmediatamente después de que la infección haya remitido.
No obstante, no es raro que un quiste de la glándula de Bartolino vuelva a aparecer tras el tratamiento. En ocasiones el quiste vuelve a aparecer años más tarde. Alrededor del 10% de los casos. Sin embargo, en todos los casos puede volver a realizarse un nuevo tratamiento.
Medidas preventivas
No existen medidas de prevención de la bartolinitis. Es más un caso de “mala suerte” que otra cosa. Sin embargo, ante la sospecha de bartolinitis, la consulta precoz con la ginecóloga, así como su tratamiento temprano, aumentan la eficacia de la terapia.
En el caso de gonorrea, las medidas a tomar son las mismas que las encaminadas a evitar Enfermedades de Transmisión Sexual: uso de medidas de protección.
Un comportamiento sexual seguro (en especial el uso de condón) y una buena higiene personal pueden disminuir los riesgos de desarrollar este tipo de absceso.
Si tienes o crees tener Bartolinitis y necesitas un especialista que te ayude, puedes ponerte en contacto con nosotros o acercarte a la Clínica Askabide, para pedir cita y ayudarte lo antes posible. Llevamos más de 30 años ayudando a nuestros pacientes.