Es la prueba que se realiza cuando la sintomatología, la ecografía y la citología nos hacen sospechar que puede tratarse de un cáncer de endometrio, un cáncer de útero.
El cáncer es una formación anormal de algunas de esas células y tejidos, que debido a un problema en la transmisión de la información de los códigos genéticos a la hora de reponerlas, crecen y se multiplican de una manera desordenada y caótica, y terminan destruyendo el edificio de nuestro cuerpo si no se corrige a tiempo ese crecimiento desordenado y anormal.
Según dónde se produzca ese problema de información, ese desarrollo desordenado de las células, aparecen distintos tipos de cáncer. El más frecuente de los cánceres femeninos es el cáncer de mama (29 %). Luego le siguen el de útero (13 %), el cáncer de cuello de útero (5 %), el de ovario (4 %) y otros. El cáncer de útero es muy frecuente en los países desarrollados. Se cobra cada año alrededor de 8.000 vidas de alrededor de 40.000 casos diagnosticados.
En cáncer de útero -o cáncer de endometrio- es un tumor que aparece en el revestimiento epitelial de la parte superior del útero y es uno de los cánceres femeninos más frecuentes, al igual que el cáncer de mama.
Síntomas
Este tipo de cáncer puede ser detectado tempranamente, ya que hay varios síntomas que nos pueden poner sobre la pista de un cáncer de útero:
- Sangrado vaginal entre reglas. Y reglas también anormales.
- Anemia, causada por la pérdida crónica de sangre, en especial si la mujer ha ignorado los síntomas de un sangrado menstrual prolongado o anormalmente frecuente.
- Flujo vaginal no habitual.
- Pérdida involuntaria de peso.
- Dificultad o dolor al orinar.
- Dolor durante la relación sexual.
- Dolor y calambres en el área de la pelvis.
Causas
Se puede detectar en un 90% en estados tempranos y por lo general es un cáncer que aparece en las mujeres obesas, en presencia de menopausia tardía, o aquellas que padecen hipertensión, diabetes, ciclos menstruales irregulares o síndrome de ovarios poliquísticos.
En algunos casos también puede presentarse de forma hereditaria, al igual que el cáncer de mama o de ovarios. Cabe destacar también que el uso prolongado de estrógenos solos pueden aumentar el riesgo de contraer este tipo de cáncer endometrial. La mayoría de las mujeres con cáncer de útero tienen una historia de niveles elevados de estrógenos sin oposición. Una de las funciones normales del estrógeno es estimular el crecimiento del revestimiento endometrial. Un exceso de la actividad de estrógeno, en especial acompañado de insuficientes niveles del opositor natural del estrógeno, la progesterona, puede producir hiperplasia endometrial, que es un precursor de cáncer.
Una elevación de los niveles de estrógeno puede ser debido a:
- Obesidad, en especial >15 Kg de sobrepeso;
- Estrógeno exógeno (medicamentos)
Otras condiciones asociadas al cáncer de endometrio incluyen:
- Hipertensión arterial
- Síndrome del ovario poliquístico
Se ha notado un mayor riesgo en los siguientes casos:
- Mujeres nulíparas; es decir, que nunca han llegado a un embarazo;
- Infertilidad o la incapacidad de quedar embarazada;
- Menarquia precoz, comienzo de la menstruación a una muy temprana edad;
- Menopausia tardía, la cesación de la menstruación a una muy tardía edad.
Se ha notado que las mujeres con un historial de pólipos endometriales u otros crecimientos benignos del revestimiento uterino, así como mujeres post-menopáusicas que usan terapia de reemplazo de hormonas estrogénicas -especialmente si no toman conjuntamente la progestina periódica- y mujeres con diabetes, tienen un riesgo mayor de contraer cáncer del endometrio.
Medidas preventivas
En su mayoría, este cáncer endometrial no puede prevenirse. Aunque sí hay algunos consejos que pueden colaborar a prevenir sus riesgos:
- Ten presente evitar el uso prolongado de anticonceptivos orales.
- En caso de sobrepeso u obesidad, hay que controlarla, así como también los casos de diabetes.
- Cabe destacar como siempre lo recordamos, lo importante que es llevar una alimentación saludable, y realizar actividad física.
- No dudes en consultar a tu ginecóloga de confianza.
Diagnóstico: citología, ecografía y biopsia
El legrado endometrial es el método diagnóstico tradicional. Tanto la muestra del endometrio como endocervical debe ser estudiado;
Si el legrado endometrial no produce suficiente material de diagnóstico, una dilatación y legrado (D&L) sería necesaria para diagnosticar el cáncer;
Una biopsia endometrial o una biopsia por aspiración puede ayudar en el diagnóstico;
La ecografía para evaluar el grosor del endometrio en mujeres post-menopáusicas que estén sangrado se ha estado usado con mayor frecuencia para evaluar el cáncer de endometrio;
Recientemente, se ha presentado un nuevo método de examen llamado el TruTest, el cual usa un pequeño cepillo que rastrea el revestimiento completo del útero. Este método resulta menos doloroso que la biopsia y tiene una mayor probabilidad de procurar suficiente tejido para hacer el examen. Por razón de que es un procedimiento más sencillo y menos invasivo, el TruTest puede ser realizado con la misma frecuencia y conjuntamente con una citología -o Papanicolaou-, permitiendo así una temprana detección y tratamiento.
Una evaluación pre-operativa idealmente incluye un historial médico completo y un examen físico, una evaluación pélvica, un examen rectal con sangre oculta, rayos X tórax, hematología completa y química sanguínea, incluyendo función hepática. Se recomienda una colonoscopia si la sangre oculta de heces resulta positiva o si la paciente tiene síntomas, debido a los factores etiológicos comunes tanto del cáncer de endometrio y el cáncer de colon.
Grados o estadios
Se han establecido una serie de estadios diferentes en función del grado de la enfermedad, siguiendo el sistema de estadios de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia:
- Estadio IA: el tumor está limitado al endometrio
- Estadio IB: invasión de menos de la mitad del miometrio
- Estadio IC: invasión de más de la mitad del miometrio
- Estadio IIA: está involucrado el endocérvix sólo hasta la capa glandular
- Estadio IIB: estroma cervical está comprometido
- Estadio IIIA: el tumor invade la membrana serosa o anexos, o se consigue una citología peritoneal maligna
- Estadio IIIB: metástasis vaginal
- Estadio IIIC: metástasis hacia la pelvis o los ganglios linfáticos para-aórticos
- Estadio IVA: invasión de la vejiga urinaria o el aparato digestivo
- Estadio IVB: metástasis distante, incluyendo los ganglios linfáticos intra-abdominales o inguinales.
Cogerlo a tiempo
Por tanto, al igual que en todos los casos de cáncer, la detección precoz del cáncer de útero es un factor enormemente positivo para su tratamiento y evolución. Por eso es tan importante detectarlo lo más tempranamente posible, porque ello permite actuar, aumentando las posibilidades de curarlo e impedir su desarrollo.
Es por ello que las medidas preventivas son (siempre) más eficaces que las curativas, cuando el desarrollo de la enfermedad está ya más avanzado. De donde se desprende que las revisiones ginecológicas periódicas han de hacerse cuando la mujer se encuentra bien, sin esperar a encontrarse mal. Es una carrera contra el tiempo.
Tratamiento
El tratamiento primario es quirúrgico, variando del estadio en que en cada caso se encuentre extendida la enfermedad. El abordaje terapéutico más frecuente es la extirpación quirúrgica del útero -histerectomía abdominal total- y sus anexos, que incluye ovarios y las trompas de Falopio.
Pronóstico
Debido a que el cáncer de endometrio es usualmente diagnosticado en sus estadios iniciales, hay una mejor probabilidad de un buen pronóstico en comparación con otros cánceres ginecológicos, tales como el cáncer cervical o de ovario.
Tasas de supervivencia
La tasa de supervivencia en 5 años después del diagnóstico de cáncer endometrial seguido de tratamiento es:
- 95% para el estadio 1
- 80% para el estadio 2
- 30% para el estadio 3
- menos del 5% para el estadio 4
Prevención. Revisión una vez al año
Por tanto, es muy infrecuente la detección del cáncer de ovario sea consecuencia de la sintomatología. Es por ello que las revisiones periódicas toman un valor muy relevante. Y en especial, la ecografía. Por tanto, la medicina preventiva es más eficaz que la curativa.
Lo habitual es hacerse una revisión ginecológica anual. Y por tanto, también una ecografía al año.
Por tanto, si estás preocupada porque te parece que tienes algunos de los síntomas descritos y quieres hacerte una revisión ginecológica completa y una citología, puedes contactar con nosotras o acercarte a la Clínica Askabide, donde te ayudaremos. Llevamos 30 años haciéndolo.