En estas últimas décadas está cambiando mucho el concepto de salud sexual de la mujer, haciendo un especial hincapié en la prevención. Y es que -lógicamente- es mucho mejor poder actuar antes de que ocurran los problemas o cuando el problema es todavía muy pequeño que después.
Hace apenas unas décadas era excepcional el hacer una ecografía en una revisión ginecológica. Hoy en día es ya una práctica habitual en las revisiones ginecológicas el que junto con la citología nos hagamos también una ecografía. Y es que la ecografía nos da una muy importante información visual sobre nuestros genitales internos: útero y ovarios. La ecografía nos permite detectar a tiempo -antes de que sea tarde- posibles quistes y miomas. El objetivo de la citología y la ecografía es detectar -tempranamente- posibles problemas: infecciones, condilomas, bultos, quistes, miomas, cánceres, etc.
Dado el carácter preventivo y diagnóstico de la revisión ginecológica y de la ecografía, es una medida que te ayuda enormemente. La frecuencia tanto de cáncer de mama como de cáncer de cuello de útero es mucho más alta en mujeres que no se revisan. La razón es muy simple: las revisiones detectan rápidamente cualquier problema y en sus fases más tempranas, y puede así corregirse. Bien merece la pena.
Cuando todavía no existía la ecografía, la exploración interna se hacía únicamente mediante palpación con los dedos. Hoy en día las cosas han cambiado mucho... La ecografía ha revolucionado la revisión ginecológica.
Procedimiento de la ecografía
Se trata de un procedimiento sencillo, no invasivo, en el que no se emplea radiación. Para ello, la mujer sencillamente se acuesta en una camilla y tras extender un poco de gel sobre la piel del vientre de la mujer, la ginecóloga va moviendo y orientando el transductor sobre el vientre para que el transductor convierta adecuadamente los ultrasonidos en imagen.
La ecografía puede ayudar a determinar las causas de dolor pélvico, sangrado anormal u otros problemas menstruales. Las imágenes ecográficas pueden también ayudar a identificar masas palpables tales como quistes ováricos o fibromas uterinos, así como cáncer ovárico o uterino.
La ecografía ginecológica puede realizarse de 2 formas: una ecografía abdominal y una ecografía vaginal. Y se utilizan para ello 2 sondas diferentes: bien una sonda abdominal -externa-, o bien una sonda vaginal -interna-. La ecografía ginecológica es -muy probablemente- la prueba más inocua e indolora de cuantas se realizan para el estudio y diagnóstico de enfermedades. Los ultrasonidos no producen ningún daño ni a la mujer ni al feto. Inicialmente se utilizó para el control de los embarazos, precisamente por no ser peligrosa, pero en la actualidad no hay especialidad médica que no la utilice en sus métodos diagnósticos.
Ecografía una vez al año
Lo habitual es hacerse una revisión ginecológica anual. Y por tanto, también una ecografía al año.
El objetivo de la citología y la ecografía es detectar -tempranamente- posibles: infecciones, condilomas, bultos, quistes, miomas, cánceres, etc. Dado el carácter preventivo y diagnóstico de una revisión ginecológica, la ecografía, es una medida que te ayuda enormemente. La frecuencia tanto de cáncer de mama como de cáncer de cuello de útero es mucho más alta en mujeres que no se revisan. La razón es muy simple: las revisiones detectan rápidamente cualquier problema y en sus fases más tempranas, y puede así corregirse. Bien merece la pena. La ecografía ha revolucionado la revisión ginecológica.
La ecografía obstétrica también es una prueba imprescindible para el seguimiento del embarazo. Aporta una valiosísima información acerca del feto, tamaño, tiempo de embarazo, pliegue nucal, líquido amniótico, placenta y un largo etcétera.
Si necesitas realizarte una ecografía, puedes ponerte en contacto con nosotros o acercarte a la Clínica Askabide, para pedir cita y ayudarte lo antes posible. Llevamos más de 30 años ayudando a nuestros pacientes.