Información sobre el Método ogino

Métodos anticonceptívos

Todos hemos oído -e incluso leído- que unos días antes y unos días después de la regla no hay riesgo de embarazo. Y durante la regla, en absoluto. Pero no funciona. Vamos a explicarlo.

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Desde que la humanidad descubrió que el varón algo tenía que ver con la preñez de la mujer (hace apenas 12.000 años), hasta que Van Leeuwenhoek descubrió en 1677, gracias al microscopio, la presencia y morfología de los espermatozoides, se desconocía absolutamente los mecanismos de la fecundación, y los diversos intentos explicativos del fenómeno eran loables, pero de lo más pintorescos. A falta de un conocimiento científico, se echaba mano de un modelo de pensamiento mágico: los designios de los dioses, la acción beneficiosa de las aguas de tal o cual río, los ritos del hechicero...

Por fin, es en 1928 cuando el doctor Ogino, ginecólogo japonés, observó que la ovulación -salida de un óvulo del ovario- se producía generalmente hacia la mitad del ciclo de la mujer. El embarazo se produce mediante la unión de un espermatozoide con un óvulo. En el líquido seminal del varón van unos 200 millones de espermatozoides en cada eyaculación. Pero si no se encuentran con un óvulo, no habrá embarazo.

Amor a golpe de calendario

Por lo que Ogino dedujo que evitando las relaciones sexuales en determinados días, se evita el embarazo. Así de fácil.

O sea, que el método de las fechas o método Ogino parte de la suposición de que en determinados días del ciclo -los más próximos a la regla- no hay riesgo de embarazo. Vamos, que el semáforo está en verde y que no hay peligro.

Ya de entrada, esto significa que es un método basado en la evitación de las relaciones sexuales. En una bien larga abstinencia por cierto. Ello obliga a «programar» las relaciones en función de días peligrosos y días «no peligrosos». Pero la expresión sexual es un modo de comunicación que no puede estar sujeta al calendario. Ello supondría una pérdida de la espontaneidad, convirtiéndose en un simple desahogo programado. Ante un método basado en la evitación de las relaciones, la sexualidad de la pareja se resiente seriamente, suscitando tensiones y conflictos permanentes. Dentro y fuera de la cama.

Aunque ambos desean compartir amores y placeres, al parecer el «Ogino» dice que hoy no toca.

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Cierto es que relaciones sexuales no tiene por qué ser sinónimo de penetración, y que hay otras formas de juego -bien ricas por cierto- que no entrañan riesgo de embarazo. Pero se trata de una libre elección que no puede funcionar a golpe de calendario. Si después de todo el método funcionase, podría servir para aprender a combinar la penetración -los días seguros- con otras formas imaginativas, con otros placeres del menú. Y no estaría nada mal. Pero el problema es que no existen días «seguros». Ni uno sólo a lo largo de todo el ciclo. Ni siquiera durante la regla.

En teoría es muy sencillo. En la práctica las cosas se complican mucho. Muchísimo. Teóricamente, la ovulación se produce hacia la mitad del ciclo, es decir, entre los días 12 y 16, contando a partir del primer día de la regla.

El método de Ogino -o método de las fechas- propuso evitar las relaciones sexuales (de penetración) durante 14 días (del 8 al 21), por tratarse de días inseguros, a lo que habría que añadir otros 2 por delante y por detrás para más seguridad.

Por cierto, hay quienes encima estiran esto de los días «sin riesgo» como si se tratara de un chicle. Comentan incluso que lo llevan «a rajatabla», que «sólo» lo hacen sin condón los 10 primeros días y los 10 últimos. Premio. Pues bien, además de la frustración de un método basado precisamente en la evitación de las relaciones sexuales, ni así funciona.

Por qué no funciona el método ogino

Pero, ¿por qué no funciona? ¿Es que acaso no hay días «no peligrosos»? Pues no. No hay ni un sólo día del ciclo en que no exista riesgo de embarazo. ¿Que por qué? Pues bien, porque la mujer no es una máquina, no es un reloj. La mujer es un ser humano. Y como tal, está sujeta a múltiples variaciones. Enfermedades, viajes, exámenes, infecciones, preocupaciones, altibajos emocionales y mil factores más, que alteran la evolución del ciclo, de manera que la ovulación se adelanta y se retrasa, dando al traste con todos nuestros cálculos y calendarios.

Sin ir más lejos, piensa en ti misma: cuántas veces se te ha retrasado la regla unos días, una semana, quince días e incluso dos meses. Cuántas veces también se te ha adelantado sin razón aparente. Incluso es probable que hayas tenido dos reglas -dos ovulaciones- en un mismo mes. Por ejemplo, en época de exámenes...

Por una parte, resulta que nunca sabemos cuándo se va a producir la ovulación. Y para colmo de los colmos, hay muchas veces que los tozudos espermatozoides se lo montan para protegerse unos a otros, ayudarse entre ellos y lograr que algunos de ellos aguanten días y días, agazapados, a la espera del ansiado objeto de deseo: el óvulo. El cual tampoco es tan «pasivo» como tiempo atrás se quiso hacer creer. Hoy sabemos que también el óvulo atrae activamente a los espermatozoides.

¿Días sin riesgo?

No solamente se puede afirmar con rotundidad que hay riesgo real de embarazo los días posteriores y anteriores a la regla, sino que te podemos asegurar que son numerosas las mujeres que han venido a la Clínica Askabide porque se ha producido -escucha bien- «durante» la regla. Sí, durante. "¡Imposible!". Sí, «imposible» pero real. ¿Que cómo saben que el embarazo ha sido precisamente durante la regla? Hay veces que efectivamente no se puede saber cuándo se ha producido el embarazo. Pero otras sí. ¿Que cómo? Pues muy sencillo: en tantos y tantos casos en que las parejas están separadas por motivos de estudios, laborales, etc. y lo hacen cuando tienen la oportunidad de estar juntos. Y las hay que si ella está con la regla, piensan que no hay riesgo. Y «aprovechan» la ocasión. Y luego... Y saben que fue precisamente ese día porque luego no han podido volver a estar. Y ahí no hay duda. Fue con la regla. Y se han embarazo. Luego no es «imposible», sino bien real.

¿Que cuáles son los días en que no hay riesgo? Ninguno. Ninguno a lo largo de todo el ciclo. Así de claro. Porque aunque teóricamente la ovulación tiene lugar hacia la mitad del ciclo, lo cierto es que en la vida de una mujer hay mil factores (mil) que pueden adelantar o retrasar la ovulación. Desde una preocupación, un examen, un régimen de adelgazamiento... Total, mil factores.

Esto es lo que contestaba recientemente nada menos que el presidente de la Sociedad Estatal de Fertilidad. Al preguntarle si el método Ogino -o método de las fechas- puede considerarse efectivo, respondió textualmente: "Ogino es el padre que más hijos ha dado a este mundo. Porque cualquier alteración en el proceso hace que este método falle. Y es que la mujer puede tener una ovulación espontánea en cualquier momento". Lo dijo clarito: "en cualquier momento". Pero es más: al preguntarle cuánto tiempo duran los espermatozoides vivos dentro de la mujer, respondió: "15 días. Puede suceder, incluso, que la pareja tenga relaciones sexuales unos días antes de tener la regla, que los espermatozoides se instalen en las trompas y que después de la regla, sin mantener otra relación sexual se produzca el embarazo". Lo cual significa que no hay cálculo posible.

No se trata de desvalorizar los hallazgos de Ogino. Bien al contrario: son muy útiles cuando deseamos un embarazo. Y eso se lo debemos a él. Pero hoy sabemos que no nos sirve para tratar de evitar un embarazo.

Si no quieres disgustos

Para entendernos, que el 87 % de las parejas que han acudido a la Clínica Askabide a interrumpir un embarazo no deseado, el embarazo no se debe a fallos de los métodos anticonceptivos de que disponemos, sino a que se han fiado ingenuamente de «seudo-métodos» que no funcionan, que no impiden el embarazo. Uno es la "marcha atrás" y el otro es el método Ogino. Y luego pasa lo que pasa. "Pero si yo había oído que...". Y es que muy diversos factores hacen que no podamos guiarnos en absoluto por un supuesto método basado en las fechas del ciclo.

Para evitar un embarazo no deseado disponemos de los métodos anticonceptivos, los cuales nos permiten tener relaciones sexuales con un gran margen de seguridad, primera condición que debe ofrecer cualquier método anticonceptivo que se precie de serlo.

El método Ogino. Amor a golpe de calendario. Desahogo programado. Pérdida de la espontaneidad, que suscita tensiones y conflictos en la pareja. Y encima no nos resuelve el riesgo de un posible embarazo. Hay por todo el planeta millones de «hijos de Ogino». Y siempre estamos con miedo. Tanto el método Ogino (fechas) como "la marcha atrás" suponen un continuo temor ante un posible embarazo no deseado. Hoy en día, métodos seguros y eficaces los han desplazado completamente. Que no te pille por sorpresa. Infórmate.

Si no quieres correr riesgos, si no quieres tener un disgusto, si quieres informarte más ampliamente sobre los diferentes métodos anticonceptivos, sus características y su tasa de seguridad, puedes acercarte a la Clínica Askabide.

Lo dicho: que el método Ogino no funciona, no sirve, no impide el embarazo. Hoy en día los humanos disponemos -afortunadamente- de un amplio abanico de métodos anticonceptivos con altísimas tasas de seguridad. Si no quieres disgustos, ya sabes: sexo seguro. Que no te coja por sorpresa. Hoy hay otros medios. Infórmate.

Si deseas más información sobre el Método Ogino o quieres usarlo con método anticonceptivo, puedes ponerte en contacto con nosotros o acercarte a la Clínica Askabide, para pedir cita y ayudarte lo antes posible. Llevamos más de 30 años ayudando a nuestros pacientes.

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