A simple vista parecen muchas pruebas, pero no te alarmes, porque con un poco de sangre y de orina -generalmente basta una muestra por trimestre- podremos obtener todos los datos que necesitamos para vigilar bien tu embarazo.
Hemograma: Fórmula y recuento
Es un estudio rutinario de la sangre para cuantificar los glóbulos rojos (hematíes), glóbulos blancos (leucocitos), plaquetas y otros parámetros, como hemoglobina (proteína encargada de llevar oxígeno a los tejidos) y hematocrito (volumen en sangre que ocupan los glóbulos rojos). Durante el embarazo, estos niveles (excepto los leucocitos) disminuyen respecto a una mujer que no está gestando, pero es normal, se debe a un aumento del volumen plasmático. Ésta es la causa de la llamada “anemia fisiológica” de la embarazada. El índice de hemoglobina baja considerablemente, pero sólo se considera déficit de hierro (y se prescribe un suplemento) cuando el resultado es por debajo de 11 g/dl.
Grupo sanguíneo y factor RH
Este análisis determina tu grupo sanguíneo (AB0) y tu factor Rh (+ o -). Aunque ya sepas estos datos, se suelen analizar de nuevo para tener confirmación por si hubiera que hacerte una transfusión de sangre. Además, conocer el Rh es necesario porque si el tuyo es positivo (Rh+), no influye, pero si es negativo (Rh-) se te ha de hacer un test de Coombs para saber si posees anticuerpos, por un embarazo anterior (con una pareja Rh+) o por una amniocentesis, transfusión u otra situación en la que hayas podido entrar en contacto con sangre Rh+. Hay que excluir esta posibilidad, ya que si tu futuro bebé es Rh+, sus células sanguíneas pueden ser atacadas por tus anticuerpos y producirle una anemia severa. Si el resultado del test de Coombs es negativo, es que no posees anticuerpos del factor Rh+ y todo es correcto. Si el resultado es positivo, hay que tomar medidas para que no afecte a la salud del futuro bebé.
Glucosa
Mide el nivel de glucosa en sangre. Se suele pedir por sistema desde el primer trimestre, aunque su resultado no es muy significativo en este momento del embarazo para el diagnóstico de una posible diabetes gestacional (intolerancia a los hidratos de carbono), porque durante la gestación bajan de forma natural las cifras de glucemia en un 10%.
Transaminasas (GOT y GPT)
Son unas enzimas que cuando aumentan, pueden revelar problemas hepáticos de la madre. Lo habitual es que estas cifras sean normales (menos de 45), ya que las mujeres con problemas en la función hepática saben de su situación y son tratadas como embarazadas de riesgo.
Rubéola
La prueba mide los anticuerpos de la rubéola. Es frecuente tenerlos, ya que antes se vacunaba a todas las niñas a los 11 años y en la actualidad, a los 15 meses y a los 4 años. Si no eres inmune (no tienes anticuerpos), debes extremar la precaución, sobre todo en el primer trimestre, y no tener contacto con niños que estén pasando esta enfermedad. Si te contagias, puede verse afectado el embrión.
Hepatitis B y Hepatitis C
Si se descubre que la embarazada es portadora de esta enfermedad, no se prescriben medicamentos en la gestación, pero una vez que nace el bebé hay que ponerle en tratamiento y vacunarle. Como se contagia por sangre, el personal que atienda el parto debe tomar las medidas pertinentes. En algunas Comunidades Autónomas se vacuna a los recién nacidos de la hepatitis B, dosis que se repite a los 2 y los 6 meses.
Toxoplasmosis
El protocolo médico impone la obligatoriedad de esta prueba a todas las embarazadas. Hay un gran número de mujeres no inmunes, a las que el médico recomendará medidas preventivas, como no tener contacto con las heces de los gatos y no consumir verduras crudas, embutidos y carnes poco hechas. El contagio de la toxoplasmosis durante la gestación supone un riesgo para el feto que, en caso de producirse, habría que atajar con antibióticos. En cambio, si el resultado del test es positivo, es que tienes anticuerpos y estás protegida, aunque tu habrá que determinar cuándo has pasado la enfermedad.
Cribado bioquímico
Esta prueba se realiza entre las semanas 9 y 10 de gestación. Consiste en analizar, en la sangre materna, las enzimas del feto (BHGC, estriol y alfafetoproteína) para evaluar el riesgo de que padezca una anomalía cromosómica como el síndrome de Down. Pero esta prueba de forma aislada no es determinante, y hay que valorarla junto a los resultados de la ecografía de la semana 12 del embarazo. Si el porcentaje de riesgo que arroja la prueba, junto al análisis ecográfico y otros datos, es de 1 entre 250, o mayor, se aconseja realizar una Amniocentesis.
Colesterol y triglicéridos
Estos niveles aumentan durante el embarazo. Si lo recomendable es 200 mg/dl, para una embarazada el índice normal es de 270 mg/dl. El colesterol total suele aumentar un 30% en la gestación, debido a que el organismo de la mujer acumula grasa necesaria para la formación del feto. No obstante, debes cuidar la alimentación para no pasarte.
Creatinina
Su aumento puede indicar un mal funcionamiento de los riñones. Esta insuficiencia no es habitual, ya que de existir, se habría detectado antes del embarazo y la madre estaría vigilada por la unidad médica competente.
Hormonas tiroideas (T3, T4, TH)
Se realiza para evitar el hipotiroidismo congénito, un trastorno debido a una deficiencia de yodo. Para prevenir estas posibles carencias en el feto, bastará con que utilices sal yodada como sustituta de la sal común.
Urea
Cuando da un resultado alterado, indica deshidratación o enfermedad del riñón. Se hace por rutina, ya que los niveles suelen ser correctos.
Ácido úrico
Se analiza para descartar un trastorno metabólico, pero en caso de que el índice de ácido úrico sea más alto de lo establecido, se prescribe dieta sin mariscos, algunos pescados, vísceras y ciertas carnes.
Sífilis, VIH (SIDA), VPH y Clamidias
Las pruebas se realizan por protocolo, no debes sentirte ofendida. El objetivo es prevenir la transmisión al hij@ en el hipotético caso de resultado positivo.
Análisis de orina
Todos los anteriores análisis se hacen en sangre, pero también se te prescribirá uno de orina y un cultivo. En la orina se te medirán las proteínas, ya que un aumento en ellas puede indicar el inicio de una gestosis (enfermedad caracterizada por hipertensión, edemas y pérdida de proteínas). También se te realizará un cultivo para descartar infecciones.
Si necesitas realizarte un análisis en el embarazo, puedes ponerte en contacto con nosotros o acercarte a la Clínica Askabide, para pedir cita y ayudarte lo antes posible. Llevamos más de 30 años ayudando a nuestros pacientes.